O Augen

Mi hermano es el de ojos claros.

Los míos fueron de niño. Ante los ojos, mis ojos, infantiles, las palabras del mundo para el celeste de mi hermano no eran sino un revés. A él: qué ojos más hermosos. A mí: qué... qué mirada tan... brillante.

Excusas.

No me importan mis ojos ni los de él. Pero el tiempo me tiene de caza.

Traigo red y arpón.

Encontré víctimas tan pocas. Tengo una que se dejó apresar sin sangre.


Ahora entiendo que no quiero ojos
NiNada

on 20:44

1 comentarios:

patricio mujica dijo...

Pero los tienes.

Y si no de niño, ¿de qué?

¿De qué son ahora?